Desnudez física y desnudez moral (parte 2)

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El auge impetuoso de la librecultura

La primera revista desnudista de la que se tienen noticias es la alema Die Schönheit(1902). Para los naturistas de la época, este país fue el primer en donde empezó a practicarse el desnudismo, contando hacia los años treinta con veinte mil afiliados en Berlín y más de medio millón en el resto de Alemania. En el resto de los países europeos se va desarrollando un fenómeno similar a mediados de los veinte, destacando Suecia, Noruega y Dinamarca como un caso especial y la Unión Soviética como régimen político más favorecedor del movimiento2.

La proclamación de la II República española favoreció un público e impetuoso auge del desnudismo que ya venía manifestándose subterránea-mente desde hacía varios años. Aun siendo un movimiento generalizado, los principales focos fueron Barcelona, Madrid y València. En la primera se editó Luz (1931) –que se transformó en Vitta (1932)–, Nueva Vida (1931), Biofilia (1935-1937) y Febo (1933-?). En Madrid fue Natura (1932) y en València Gimnos (1934-1937), publicación del Gimnos Club. Habría que mencionar, además, Pentalfay sus tiradas semanales de, a veces, hasta veinticinco mil ejemplares –según Nicolás Capo–, que también era considerada una revista libreculturista.

El cine fue otro gran medio de difusión del desnudismo, mediante las películas en motocámaras Pathe-Baby que circulaban dentro del mismo movimiento como las que fueron exhibidas en los circuitos comerciales de la época. La primera de estas últimas películas fue Desnudismo, estrenada en 1933 en el cine Capitol de Barcelona, como inicio de su proyección en casi todas las capitales y muchos pueblos, al mismo tiempo que se editaba un libro sobre ella con igual título. Al año siguiente se estrenó Elysia, con gran expectación de público y sin ningún desmayo femenino como vaticinaban algunos. El interés que despertaron estas películas animó a fundar una productora destinada a fomentar lo que iba tomando cuerpo en el ámbito estatal3.

El desnudismo dio origen a álbumes, concursos fotográficos, representaciones teatrales, vodeviles y opiniones varias en la prensa general, a favor o en contra, en serio o en broma, durante los poco menos de seis años de vida pública de la que gozó. Recalco lo de vida pública puesto que, en realidad, su historia comienza ya con el grupo de afinidad naturista Amics del Sol (1914), de Barcelona, o con anterioridad, puesto que se conservan fotografías de prácticas desnudistas en plena naturaleza.

Otro dato importante para poder valorar este auge es la obra del escritor «Laura Brunet» (sinónimo de Joan Sanxo Ferrarons) Desnudismo Integral. Una nueva visión de la vidad(1931), del que ya se hablará en otro apartado, indicando sólo en éste el dato de que la primera edición se agotó casi al salir, motivando unasegunda, con un total, entre ambas, de más de veinte mil ejemplares de un libro no precisamente económico.

Y como no, el dato festivo: en la Valencia fallera de 1933 hubo varias fallas dedicadas al desnudismo, incluida una a la revista Pentalfa. Alacant también le dedicó ese mismo año una foguera, pero en contra, con el lema «Tornem a lo d’antes en el vestir»4.

Fuente

  • Libro: «La vuelta a la Naturaleza», capítulo V, Virus Editorial, Colección Memoria, octubre 2003
  • Autor: Josep María Roselló

Notas

  1. Ver «La librecultura en el mundo», en Natura, nº 1, marzo 1932, Madrid, pp. 4-5.
  2. Sobre Desnudismo ver «Noticias», en Pentalfanº 166, 31 de marzo 1933, Barcelona, p. 15; y «Noticias», en Pentalfa, nº 169, 15 de mayo 1933, Barcelona, p. 15. Respecto a la productora, ver «Noticias», en Pentalfa, nº 156, 31 de octubre 1932, Barcelona, p. 12.
  3. Javier de Lazy: «Un gran libro. Desnudismo integral», en Luz, nº 1, 1931, Barcelona, p. 4. Respecto a las fallas ver «El desnudismo en broma», en Pentalfa, nº 165, 15 de marzo 1933, Barcelona, p. 15. Respecto a las fogueras ver El Tío Cuc, número extraordinario de Fogueres de San Chuan, junio 1933, Alacant.

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