Desnudismo y sociabilidad

El descubrimiento del hombre

El desnudismo

La libertad y sinceridad que da el desnudo, al mismo tiempo que sólo son posibles dentro de una relativa igualdad –que la desnudez contribuye a proporcionar– estimulan esa misma corriente de igualdad, reforzada asimismo por la desnudez, que por su misma naturaleza, en sociedades no tatuadas, elimina las marcas exteriores de rango, nivelando los individuos.

Frügel nota repetidamente la relación entre el mayor número de trajes y las tendencias autoritarias y clasistas, y viceversa, como el vestido de las “maravillas” de la Revolución Francesa. Como dicen los mismos desnudistas norteamericanos, para quienes la diferencia entre sí debería ser menor que en algunos otros países, el desnudismo hace que “cada cual sienta que el otro es lo mismo”, o bien “una vez que se han desnudado, todos se encuentran al mismo nivel. Cada cual es una persona. No hay distinciones entre un doctor o un mecánico por el vestido. Esto ayuda a descansar”. Y, uniendo estos conceptos a los anteriores, “¡Se siente uno tan libre aquí! La gente es amable, interesadas las unas por las otras, pero sin ser molestos. Se puede descansar aquí más fácilmente que en la ciudad”. Son estas opiniones recogidas por Weinberg, quien precisa que un campo nudista no es por eso una utopía, pues quedan algunas distinciones. Ningún factor solo, recordemos esta regla social fundamental, puede ser una solución global a ningún problema.

La sociabilidad

Según esa encuesta tan interesante realizada por Weinberg, se da como principal razón de asistir a los campos nudistas: la amistad y sociabilidad (60%), más aún que el descanso, salir de la ciudad (47%), disfrute de deportes al aire libre (31%), libertad (31%), baños de sol (26%), salud física (26%), educación sexual de los hijos (11%), salud mental (8%) y otros aspectos (32%). Que esta razón de amistad y camaradería provenga del mismo ambiente nudista, y no del formar camarillas cerradas, lo prueba el hecho de que, según la misma encuesta, menos de la mitad de esos encuestados tiene su mejor amigo entre los desnudistas.

Ciertamente no puede negarse que el hecho de unirse indica ya una afinidad; pero la ausencia casi total de ideología en el moderno movimiento desnudista, al que ahora nos referimos, permite, y de hecho da lugar, como ya indicamos, a la coexistencia de un rango tan variado de caracteres como casi el encontrarnos en los que frecuentan una piscina pública “normal”. La presión social tiende a marginalizarlos y unificarlos, pero ya es relativamente débil, en los Estados Unidos al menos. Queda pues la experiencia común de la mayor sinceridad y libertad para crear esa togetherness (literalmente, juntabilidad) que une a las personas, familiares entre sí o no, que practican el desnudismo, y que hace decir no sólo a partidarios de la familia tradicional que “el nudismo tiende a mantener unida la familia” (en Wienberg), sino a anarquistas como E.Armand, que es “un factor de mayor camaradería, de camaradería menos protocolaria”, y, en ese sentido, repitámoslo, un paso más en el camino de la democracia.

El sentimiento interno

El desarrollo relativo de la riqueza sexual en este punto, que permite acabar con la “cleptomanía erótica” visual, hace pues a los hombres menos competitivos, enemigos entre sí; y a fortiori, en este punto, como notaba Gandhi, mejora las relaciones, amistad entre los sexos. Así una nudista francesa confesaba que antes de frecuentar los campos nudistas creía que todos los hombres eran malos, excepto su marido (sic), y H. S.Huntington recoge otro testimonio femenino de que estos campos “mejoran mucho la opinión que se tiene de la gente”.

Terminemos citando las expresivas palabras con que la señora Ruth B. Kirk daba a conocer su propia experiencia al respecto: “Se vuelve a casa rejuvenecido, no sólo en el cuerpo, sino también en la mente. Se tiene este sentimiento tan pronto como se sale de su coche y se quitan los vestidos, como si con los vestidos se despojara de todo lo feo y sucio que hay en el mundo y que solo aquí hubiera paz y fraternidad con los demás hombres. Aquí se encuentra amistad, cordialidad por parte de personas de ideas amplias, tolerantes, respetuosas de los demás. Y cuando finalmente se llega a comprender la filosofía del nudismo, se siente que los nuevos horizontes son ilimitados, con una gran paz mental y enriquecimiento en el disfrute de la vida. Se ha encontrado esa libertad. Y se bendice el día en que se aceptó ir a un campo nudista”.

Fuente

  • Libro: «El descubrimiento del hombre»
  • Ediciones: Ruedo Ibérico, 1973
  • Autor: Martín Sagrera
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Desnudez física y desnudez moral (parte 6)

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José Castro y el desnudismo

Para Castro hay tres tipos de desnudismo: por deporte, por moda o por naturismo. A él le interesaba sólo el último, pues es el único consciente. Afirma que todos sus escritos son realizados en ayunas y desnudo, pues como es naturista le interesa el desnudismo naturista. Dentro de ésta hay tres clases que son el individual, el familiar y el colectivo; el primero, es un derecho humano a realizar en su casa o jardín, mientras que a los otros dos no les da mayor importancia que la convención. Castro considera que vivir siempre desnudos es una vuelta atrás en la historia; por tanto, con unos baños de aire y de sol diarios y unas vestimentas higiénicas ya es suficiente. Además, hay que evitar desarrollar la práctica a la vista de los que no la ven correcta para no provocar antipatías personales o pasar por locos, lo que desprestigia al naturismo.

Castro se declara partidario del des-nudismo, pues escribe desnudo–la práctica como argumento–, pero no le da más función que la saludable por la capacidad de oxigenación y absorción que tiene la piel. Despeja cualquier duda sobre la capacidad de regeneración moral del desnudismo, pues –según su parecer– éste sería una vuelta atrás en la historia, y se salta el desnudismo colectivo como una cuestión aleatoria de gustos.

Unos años más tarde lo expondría si cabe con mayor claridad: el hombre nace desnudo y por eso tiene que vestirse; los animales nacen vestidos y por eso pueden ir y van desnudos. Después de este argumento biológico, Castro sigue con la biología, afirmando que es una estupidez proponer el desnudismo fuera de climas cálidos15.

Del desnudismo a la supremacía de la raza blanca

El Dr. J. Palacios publicó El desnudismo, la salud y el arte (1932) con veintidós páginas de texto y cuatrocientas setenta y dos fotografías. El escaso texto es claro en su intención de resucitar el culto al desnudo que, desde un punto de vista artístico, el cristianismo postergó. En el mismo habla de la selección para destacar las figuras más perfectas en –según él– la raza más perfecta, es decir, la blanca16.

El Dr. Palacios sirve de referencia a los neonazis actuales.

Fuente

  • Libro: «La vuelta a la Naturaleza», capítulo V, Virus Editorial, Colección Memoria, octubre 2003
  • Autor: Josep María Roselló

Notas

  1. José Castro: «El Desnudismo, el Deporte y la Moda», en Naturismo Eutrofológico, nº 1, marzo 1932, Torrent (València), pp. 10-11; y José Castro: «El desnudismo desde el punto de vista clínico», en Naturismo Eutrofológico, nº 2, abril 1932, Torrent (València), pp. 17-19. Ver también José Castro: Los errores del Naturismo, Editorial Naturista «Devenir», Rosario (Argentina), 1949, p. 168.
  2. J. Palacios: El desnudismo. La salud y el arte, Librería de Bergua, Madrid, 1932.

Índice

Lejos de ser algo del pasado, los planteamientos naturistas siguen siendo una necesidad ineludible para quienes creen en la necesidad de romper con la lógica del capitalismo depredador del medio ambiente y de las personas; y por lo tanto las ilusiones y la lucha de aquellos hombres y mujeres por un mundo nuevo deberían servirnos de estímulo para aquellas personas que seguimos creyendo que otro mundo no sólo es posible, sino imprescindible.

Nota del equipo de redacción

En esta serie de entradas hemos dado a conocer un capítulo del libro «La vuelta a la Naturaleza. El pensamiento naturista hispano (1890-2000): naturismo libertario, trofología, vegetarismo naturista, vegetarismo social y librecultura», editado en 2003 por Virus Editorial.

  • El autor del libro es Josep María Roselló, licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Autónoma de Barcelona.
  • Ha sido promotor de la mutua naturista Serveis de Salut Integral, colaborador técnico de la casa de reposo / escuela de salud de la Asociación por la Autogestión de la Salud Sumendi, coordinador de la casa naturista La Almo-Hada y redactor de la sección de sociología de la revista Todo Naturismo. Actualmente trabaja en diversas investigaciones sobre la filosofía naturista y es colaborador de la revista Natur Vida.
  • Las fotografías que ilustran esta serie son de dominio público en el ámbito de internet.

«La vuelta a la Naturaleza» es un libro magnífico, fruto de una extensa investigación por parte de su autor, que sirve para conocer el Naturismo contemporáneo en España. Sin duda alguna este estudio es una gran reflexión y uno de los mejores regalos que se pueden ofrecer o recibir en esta última década de publicaciones sociales.

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Más arenales nudistas

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Más arenales seleccionados de la hemeroteca de El Viajero

Esto es la continuación del reportaje del mes pasado sobre arenales nudistas, escrito por Guillermo Esaín y rescatado de la hemeroteca de El Viajero. Este artículo de Lugares Nudistas también incluye la descripción oficial de la base de datos de playas del Ministerio de Medio Ambiente, teniendo en cuenta que este ministerio va cambiando de nombre cada cuatro años dependiendo de las secretarías gestionadas por el Gobierno de España.


Guayedra, Agaete, Gran Canaria

Se trata de uno de esos paraísos canarios pendientes de descubrirse. Después del kilómetro 5 de la carretera GC-200 Agaete-La Aldea, veremos la pista de 900 metros que desciende el barranco que sirvió de importante asentamiento aborigen. Estamos en el parque natural de Tamadaba, al que el contraste entre el verde de las palmeras y los almácigos y la dureza de la roca le concede una gracia singular. Luego habrá que descender un cuarto de hora a pie por un sendero. La playa naturista con mayor encanto del norte grancanario alterna zonas de guijarros y de arena volcánica, mientras el roque Faneque impone su presencia con sus mil metros de caída libre. Bañarse resulta peligroso.

  • Nombre de playa: Guayedra
  • Municipio: Agaete
  • Provincia: Las Palmas (Isla de Gran Canaria)
  • Comunidad Autónoma: Canarias
  • Longitud: 200 metros
  • Anchura: 48 metros
  • Grado ocupación: Alto
  • Grado urbanización: Aislada
  • Paseo marítimo: No
  • Fachada litoral: Montaña
  • Descripción: Playa de Guayedra es una playa de arena y piedras que suele recibir un oleaje y viento fuerte constante. Se encuentra localizada en el municipio de Agaete, isla de Gran Canaria. Su acceso se realiza a través del barranco de Guayedra, el cual puede hacer tanto a pie como en vehículo.
  • Observaciones: Para llegar a la playa hay que caminar 0,9 Km, los primeros 0,7 Km se pueden hacer en coche por el barranco de Guayedra. Peligro de desprendimientos.

Siete Playas, Mutriku (Gipuzkoa)

La bien dibujada playa de Saturrarán es excelente para un paseo hasta los peñascos de Atxeku y el caserío del conde de Motrico, sus marcas de identidad. Rodeando el caserío pasamos a mar abierto por una escalinata con barandilla que nos lleva a la zona bravía de Siete Playas, caracterizada por su flysch negro compartimentando isletas de depósitos arenosos. Neptuno no deja nunca de amenazar, por lo que se aconsejan días de mar llana y acudir dos horas antes de la bajamar, mejor con coeficientes mareales altos.

  • Nombre de playa: Siete Playas / Zazpi Hondartzak
  • Municipio: Mutriku
  • Provincia: Gipuzkoa
  • Comunidad Autónoma: País Vasco/Euskadi
  • Longitud: 2.520 metros
  • Anchura: 85 metros / Mucha variación
  • Grado ocupación: Bajo
  • Grado urbanización: Aislada
  • Paseo marítimo: No
  • Fachada litoral: Acantilado
  • Descripción: Sucesión de playas situadas entre la punta de Kardala y la playa de Saturrarán, en un entorno predominantemente natural.
  • Observaciones: Zona accesible únicamente en bajamar. Es peligroso adentrarse sin conocimiento de las mareas por tratarse de un área muy escarpada sin salida en todo su recorrido. El autobús para en el pueblo de Mutriku.

Ponzos, Ferrol (A Coruña)

En el frente marítimo ferrolano, extensas y peligrosas playas son las formas predominantes. Por una rampa de piedra y hormigón descendemos a este escenario salvaje donde los atardeceres cotizan alto. Nada hay en Ponzos como un paseo en bajamar contemplando ojos vidales, esas conchas marinas con las que engarzan amuletos. De la antigua mina de oro quedan una torre cilíndrica y lavaderos que marcan el inicio del sector naturista. Es peligrosa: se recomienda, como advierten los autóctonos, pinchar la ola (tocarla y salir). La ola de Ponzos reina por su fuerza, soportando todas las mareas.

  • Nombre de playa: Ponzos
  • Municipio: Ferrol
  • Provincia: A Coruña
  • Comunidad Autónoma: Galicia
  • Longitud: 1.400 metros
  • Anchura: 55 metros
  • Grado ocupación: Medio
  • Grado urbanización: Aislada
  • Paseo marítimo: No
  • Fachada litoral: Dunas
  • Descripción: Extensa playa de carácter aislado sometida a un fuerte oleaje y al viento reinante en la zona.
  • Observaciones: Aparcamiento y servicios compartidos con la playa de Medote.

Son Bou, Alaior (Menorca)

La playa más extensa de Menorca mide 2,5 kilómetros. Arena fina gustosa al pie. Para desnudarse a conciencia hay que dejar el coche en los hoteles y seguir a pie unos 300 metros. También es factible ir andando desde Santo Tomás (Es Migjorn Gran). La vegetación dunar se desliza en suave pendiente en un espectáculo de gran belleza, confundiéndose con el verde esplendoroso del Prat, el segundo humedal en importancia de la isla, enclave visitado estacionalmente por una nada despreciable cantidad de aves acuáticas. Los bañistas deben obedecer las banderas de aviso.

  • Nombre de playa: Son Bou
  • Municipio: Alaior
  • Provincia: Illes Balears (Isla de Menorca)
  • Comunidad Autónoma: Illes Balears
  • Longitud: 2.300 metros
  • Anchura: 40 metros
  • Grado ocupación: Alto
  • Grado urbanización: Semiurbana
  • Paseo marítimo: No
  • Fachada litoral: Semiurbana
  • Descripción: Es una de las playas más visitadas del sur de la isla, por la calidad de la arena, su gran extensión, la oferta turística que ofrece y su excelente equipamiento.
  • Observaciones: Protección de zona dunar en regeneración. Cuenta con balizamiento para la zona de baño, canales de varada y boyas de SOS. Red de voley playa y mesas pic-nic de uso público y gratuito.

L’Ahuir, Gandía (Valencia)

He aquí un prodigio de pervivencia natural —dunas incluidas—, precisamente en el sector septentrional de Gandía, un municipio al que pocos asociarían con el conservacionismo. Sin embargo, el éxito de estos dos kilómetros de costa intocada ha exigido ordenar los usos, además de tender largas pasarelas de madera. Encontramos señalizado un sector naturista y otro especializado en mascotas —playa Can—, sin contar el reservado a los deportes acuáticos. En la playa Can se facilitan bolsas, así como estacas para clavar en la arena y mantener controladas a las mascotas.

  • Nombre de playa: L’Ahuir
  • Municipio: Gandia
  • Provincia: Valencia/València
  • Comunidad Autónoma: Comunitat Valenciana
  • Longitud: 1.760 metros
  • Anchura: 70 metros / Media variación
  • Grado ocupación: Bajo
  • Grado urbanización: Aislada
  • Paseo marítimo: No
  • Fachada litoral: Dunas
  • Descripción: Playa aislada pero con todo tipo de servicios disponibles y apta para la práctica de deportes náuticos.
  • Observaciones: Playa virgen, con servicios necesarios para su uso. Playa protegida medioambientalmente. Se realizan competiciones de wind-surf.

Hemeroteca de arenales, calas, lagos, praderas y playas

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Desnudez física y desnudez moral (parte 5)

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Vegetarismo naturista y naturismo de la librecultura

El vegetarismo naturista es partidario de que los cuerpos estén expuestos y acariciados por el sol, el aire y el agua, pero con el sexo cubierto y con la máxima discreción. Ya en 1919 la revista Helios recogía las primeras experiencias.

La cuestión se complica cuando en los años treinta el desnudismo puede difundirse públicamente. En 1932, en toda la prensa vegetariano-naturista aparecieron las advertencias de que no tienen nada que ver sus ideales con el hecho de prescindir de las ropas, como las de Casiano Ruiz Ibarra en Acción Naturista o Martín Cruset en Naturismo. Como el movimiento libreculturista sigue en auge, ya no sólo lo atacan desde las revistas ya mencionadas, sino que también se suma Helios, en lucha contra su principal enemigo personificado en el «desnudista pelotero», de sexo varón, que parece complacerse irrumpiendo en lugares públicos principalmente en presencia de miembros del sexo femenino –según palabras de la revista valenciana–.

Esta visión del desnudista como un exhibicionista, más la falta de necesidades de descubrirse el sexo para las prácticas al aire libre o evitar tenerlo siempre presente en la cabeza, fueron los argumentos, casi encolerizados, a los que recurrieron articulistas como K.US.TICO en Helios, para negar al desnudismo ningún carácter de regeneración de la humanidad y para deslindar, a toda costa, librecultura y vegetarismo naturista.

Sin que la nombraran explícitamente, consideraban a la Pentalfa de estos años una revista pornográfica encubierta y por extensión a todas las demás. Como decía Martín Cruse, con ellas podía tener una colección en casa de mujeres en traje de Eva, cuyo único fin era estimular la líbido12.

En el Congreso de Busot (1933) el periodista Galián Cerón leyó su ponencia sobre Publicaciones Naturistas cuya crónica es la siguiente:

…todos se mostraron conformes en hacer un frente único contra algunas publicaciones que, llamándose naturistas, son unas revistas descocadas, destinadas a pervertir los sentimientos de la juventud, con reproducciones que no tienen nada de naturistas, en cambio, son excesivamente obscenas13.

Carlos Brandt no compartía esta opinión generalizada en el vegetarismo naturista. En su obra La belleza de la mujer (1908), con posteriores reediciones, manifestaba que no está de acuerdo con el nudismo absoluto pues aún falta mucho, en su opinión, para llegar a la época donde la desnudez sea lo habitual. Sin embargo, es partidario de reducir la vestimenta incuso en climas fríos o de hacer ejercicio desnudos o semidesnudos, mientras arremete contra los que consideran la desnudez inmoral, pues –para él– el mal no es el desnudo, sino que está en los ojos de quienes lo ven como pecado. Brand finaliza el capítulo «El Desnudo»:

Una mujer que tiene el cuerpo bello no tiene derecho a esconderlo. Eso déjese allá para las que lo tengan contrahecho. La sabia Naturaleza produce lo bello para engalanarse a sí misma14.

Fuente

  • Libro: «La vuelta a la Naturaleza», capítulo V, Virus Editorial, Colección Memoria, octubre 2003
  • Autor: Josep María Roselló

Notas

  1. Para lo expuesto en este apartado, ver «¡………!», en Helios, nº 40, septiembre 1919, València, p. 181; C. Ruiz Ibarra: «El “Naturismo” no es naturalismo», en Acción Naturista, nº 158, febrero 1932, Madrid, pp. 54-56; Redacción: «Nuestra tarea», en Naturismo, nº 142, enero 1932, Barcelona, pp. 1-2; Martín Cruset: «Desnudismo» en Naturismo, nº 147, junio 1932, Barcelona, pp. 157-160; José María Almela: «Sobre Desnudismo», en Helios, nº 212, enero 1934, València, pp. 24-25; K.US.TICO: «Forúnculos naturistas», en Helios, nº 209, octubre 1933, suplemento, València, pp. 331-332 (el de los «desnudistas peloteros»).
  2. José Malrasm: «La Asamblea Naturista de Busot», en Naturismo, nº 160, julio 1933, Barcelona, pp. 169-178. La cita es de la p. 172.
  3. Carlos Brandt: La belleza de la mujer, Biblioteca Estudios, València, 1935 (1908). La cita es de la p. 58.

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